Rafael Reyes afronta su inicio de temporada

Con motivo de su próxima actuación en la localidad cordobesa de Montoro la redacción de Coso de Los Califas tuvo la oportunidad de entrevistar al novillero Rafael Reyes.

Coso de los Califas: En primer lugar Rafael, tras mucho tiempo sin hablar contigo, ¿cómo te encuentras?

Rafael Reyes: Muy bien gracias a Dios. Estoy como siempre porque yo no he cambiado nada en estos años a pesar de torear menos. He sido igual de accesible estando anunciado que sin estarlo. Evidentemente ha cambiado la madurez como persona y como torero. La persona va conmigo, y el torero se verá en la plaza. Todo aquel que siga confiando en mí, procuraré darle motivos para que siga haciéndolo y para que sobre todo piense en por qué confió en mí. Quien no lo haga, o quien acabó desconfiando de mí como torero, le invito a una oportunidad más para volver a montarlo en el tren de los seguidores (risas).

CC: Tras unos años sin verte en carteles de la provincia cordobesa tenemos la suerte de poder volver a verte anunciado el próximo sábado en un festival en Montoro, ¿cómo lo afrontas y qué le dirías a los aficionados para que acuda a verte, con qué torero se van a encontrar?
R.R.: Lo afronto con una ilusión tremenda, sobre todo por torear y sentirme torero, por añadidura el hecho de torear cerca de Córdoba, y por dar comienzo a una incipiente temporada más que ilusionante. Como decía antes, a los aficionados que acudan a Montoro, se van a encontrar con un torero maduro y distinto al de novillero sin picadores, con ganas de saber el camino que le han enseñado y sin dejarse nada dentro. Será un abrir de boca para lo que podrán ver en 2022.

CC: Te vimos triunfar en muchas plazas de nuestra provincia en tu etapa sin caballos, destacando aquél triunfo al novillo de Espartaco en Lucena, creando un gran ambiente en la afición cordobesa, sin embargo, tras tu paso con los del castoreño no te dieron oportunidades por aquí, crees que se ha sido injusto contigo desde tu tierra?

R.R.: No creo que la palabra sea injustos, tampoco en estos años ha habido festejos de mi escalafón por la provincia. Pero sí es verdad que al vivir fuera y no triunfar con cierta fuerza en este escalafón hace que parezca que no estoy vivo, que incluso no sigo estando activo. Recuerdo que hace años me cruzaba con ciertos medios de prensa como vosotros y me daban por retirado, que incluso ya no me unía nada a la tauromaquia, y eso sí que me enfadaba… Me cruzaba con ciertos taurinos y me preguntaban que a qué me dedicaba ahora y eso, me frustraba. Porque me dedicaba a lo mismo que cuando vivía en Córdoba y a lo mismo que cuando toreaba más seguido. Pero a eso le sumaba que estaba trabajando y compaginando con la profesión porque ser torero es muy bonito, pero la realidad de vivir todos los días, comer y pagar a final de mes las facturas también existía. Gracias a vivir fuera de Córdoba he conocido a grandes personas, entre los que incluyo al matador de toros retirado don José María Lázaro, mi actual apoderado, y sobre todo mi amigo por encima de todo.

Madrid y Córdoba son los principales objetivos

CC: ¿Cuáles son tus próximos retos tras Montoro?
R.R.: Montoro no deja de ser un festival para abrir boca en la temporada y de cara a la afición cordobesa. Mi último paseíllo en la provincia de Córdoba fue precisamente en esta localidad en una novillada picada en 2018. Pero este año, si Dios quiere, me podréis ver en la provincia en alguna ocasión más y muy próximamente aunque no puedo adelantar nada. Nuestro principal objetivo en este 2022 es la presentación en la plaza toros de Las Ventas, que contarán con nosotros en esta temporada. Madrid y Córdoba son los principales objetivos, pero ahora mismo estoy centrado en Montoro y después, lo que venga.

CC: En los mentideros taurinos se habla de una hipotética novillada con caballos en Córdoba, imagino que tendrás la máxima ilusión de formar parte de dicho cartel. ¿Cómo ves el futuro de la Córdoba taurina desde la distancia de vivir fuera?

R.R.: Sé que mi apoderado está en negociaciones con la posible contratación en la novillada. Para mí es mi máxima ilusión. Soy el único novillero con picadores de Córdoba que aún no se ha presentado en su tierra y tengo ganas de volver a verme de luces en el Coso de los Califas, porque creo que le tengo mucho que decir aún. Si te soy sincero, es la plaza que junto a Madrid me ha mantenido vivo todos estos años con la ilusión de volver a pisarla y darle a mi tierra y a los aficionados de Córdoba el torero que soy.

El futuro de la Córdoba taurina está como el futuro de la tauromaquia. Hemos vivido unos momentos muy críticos para esta profesión con los dos años de pandemia, que ha podido ser la puntilla a la tauromaquia, pero ni con esas han podido con nosotros. Pero con trabajo, ilusión y esfuerzo todo se consigue y creo que hay una empresa muy acordé a lo que Córdoba necesita ahora para resurgir de sus cenizas. Ojalá Lances de futuro devuelva a Córdoba el sitio que se merece, como plaza y como afición a la tauromaquia y sea un referente como feria.

CC: Sabemos de tu lucha diaria por conseguir tu sueño, ¿te has venido abajo alguna vez o has querido dejarlo tras esas temporadas en las que apenas salían compromisos?

R.R.: Retirarme nunca se me ha pasado por la cabeza, pero te mentiría si te digo que nunca me he venido abajo… Había días que me preguntaba que qué pintaba yo en esta profesión, que para qué me iba a entrenar o mismamente para qué iba a molestar a nadie. Pero por otro lado, y esa es la parte que a día de hoy me sostiene, es mi afición y la confianza en mí mismo y en mis cualidades como torero. Tener fe, confianza, constancia y paciencia en esta profesión es fundamental y sobretodo afición para soportar cada mal trago y sinsabor que a veces te deja esta vocación.

CC: ¿Qué supuso en tu carreta taurina el haber pertenecido al Centro de Alto Rendimiento?

R.R.: Fue una etapa de aprendizaje personal a la par que taurino. Lejos de la familia y conviviendo las veinticuatro horas con compañeros que luchaban por lo mismo que tú te hacía crecer. Tuve la suerte de conocer a grandes compañeros, toreros y sobretodo personas como es el caso del maestro Luis Miguel Encabo y compañeros que a día de hoy son matadores como el malagueño Fernando Rey o el mexicano Leo Valadez. Tengo gratos recuerdos y otros más agrios por culpa de la edad y las equivocaciones lógicas de un chaval de 18 años.

Fandiño me aportó todo. Todo lo que desconocía y creía que ya sabía

CC: Nos consta que tuviste muy buena relación con el maestro Iván Fandiño, ¿qué te aportó?

R.R.: Es un tema delicado para mí, pero recordar a Iván es recordar unos valores de vida y de tauromaquia que está al alcance de muy pocos. Soy un privilegiado por haberlo conocido como persona y como torero. Fandiño me aportó todo. Todo lo que desconocía y creía que ya sabía. Tanto a Iván como a su apoderado Néstor García les debo y les deberé mucho de lo que soy como persona y torero. Los valores de los que te hablaba antes de constancia, fe, afición, dedicación, confianza, se las debo a ellos. Iván me ayudó en mi vida personal y en mi vida profesional, y esta vida es tan injusta a veces que nos lo quitó con muchas cosas por delante aún. A día de hoy y por los restos es unos de mis referentes, y no sólo como torero, sino referente de cómo afrontar ciertos asuntos en la vida. Te sonará a loco, pero hablo mucho con él cuando no sé qué camino escoger y de alguna forma, desde donde esté, me ayuda y me hace que siga adelante. Mantengo una frecuente y estrecha relación con Néstor, y en muchas ocasiones recordamos vivencias que nos alimentan para seguir adelante. Imagínate lo grande que ha sido Iván Fandiño e Iván Fandiño Barros que fue una pérdida irremediable y que a día de hoy te hace convivir con su ausencia porque está muy presente.

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