Ponce-Tejero: un exitoso binomio

Hoy no es un día cualquiera para la Córdoba taurina, el día 21 de septiembre ha sido la fecha elegida por el empresario Antonio Tejero y Enrique Ponce para que el maestro de Chiva se despida del toreo ante la afición cordobesa, siendo la plaza de toros de Pozoblanco el escenario elegido para tal acontecimiento.

Hablar de Tejero y Ponce es hacerlo de un binomio casi perfecto que duró muchos años y que en la actualidad conservan con una bonita amistad. No dudó el torero valenciano en anunciarse en el coso pozoalbense que tan bien regenta su gran amigo Antonio, cuando éste se lo solicitó.

Ya ha llovido desde que a finales de la temporada taurina de 1990, concretamente en la Feria de San Lucas de Jaén, los dos decidiesen unir sus caminos, permaneciendo juntos hasta un 6 de noviembre del año 2011 cuando en la Monumental de México, para sorpresa de todos, Antonio le pidió a su amigo y «jefe» que le cortara la coleta porque consideraba que hasta ahí había llegado su exitosa etapa profesional a las filas de uno de los más grandes de la historia de la tauromquia. Ponce le brindó el toro de regalo en tan prestigioso coso, no podía haber mejor escenario para despedirse y sin hacer ruido. Juntos permanecieron poco más de dos décadas que coincidió con la época dorada del toreo, siendo el subalterno cordobés su hombre de confianza tanto en las temporadas españolas como las americanas. Ponce consiguió juntar una cuadrilla de ensueño que todos recitábamos de memoria como era la compuesta por Tejero, Mariano de la Viña y el francés Jean Marie Bourret.

Enrique Ponce es un torero de época, nadie lo puede poner en duda, ha batidos todos los records habidos y por haber, es el torero que más indultos posee de la historia (alrededor de 60), ha abierto la puerta grande de los principales cosos de España, Francia y América, ha encabezado el escalafón durante diez años sobrepasando los cien festejos muchas temporadas ininterrumpidamente. Ha toreado más de 3000 corridas de toros. No podría entrar en números concretos, porque seguramente no serían precisos, han sido más de treinta años de entrega total a su profesión. Cuenta también con el reconocimiento de la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

Entrando en el terreno local Ponce ha dejado para el recuerdo muchas tardes en el Coso de Los Califas, donde hizo méritos más que suficientes para haber conseguido el Trofeo Manolete y en varias de sus ediciones, premio que consiguieron muchos con bastante menos. Su última actuación el el albero califal data del 2017 donde desorejó a un toro abriendo la Puerta de Los Califas. Nadie de los allí presentes pudimos imaginar que sería su última tarde en la capital.

Continuando con su vínculo cordobés fue el primer torero en pertenecer a la Real Academia de Ciencias Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, concretamente en el año 2007, siendo la primera en admitir a un diestro.

También ha sido fiel devoto y ha realizado estación de penitencia todos los Jueves Santo junto al Cristo de Jesús Caído, de la cual fue hermano también respaldado por Antonio.

A título personal, el autor de este artículo le da las gracias porque parte de mi afición y pasión por los toros está motivada por haber visto al valenciano en muchísimas ocasiones, en las que nunca me defraudó porque su técnica prodigiosa, maestría y clase dentro y fuera de la plaza siempre me emocionó e impactó, siendo difícil que ningún torero presente y futuro pueda superar esas cifras.

¡GRACIAS ENRIQUE PONCE! ¡HASTA

SIEMPRE!

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