Con un esplendoroso día de sol iniciaba la temporada el centenario coso egabrense su temporada taurina con la propuesta de una atractivo cartel tanto de los torero como del ganado anunciado. Los tres matadores David Fandila “El Fandi”, José María Manzanares y Andrés Roca Rey con ganado de Núñez del Cuvillo atrajo en masa al público y aficionado hasta la plaza de toros de Cabra alcanzándose una magnífica entrada de más de tres cuartos de entrada en sus localidades. Finalizado el paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio.
Abría plaza El Fandi, quien desde el primer momento conectó con el público en los lances de recibo recibiendo al de Cuvillo de rodillas con una larga cambiada continuada de lances a la verónica alternados con chiquelinas y rematando con revolera. Tras un leve picotazo en varas con el que hacía la puerta, cogió las banderillas el torero granadino y deleitó al público con un auténtico espectáculo con los garapullos. Tres pares, el primero “a la moviola” y finalizando con su característico par al violín. Con el comienzo de faena de rodillas mantuvo la conexión con el tendido pero poco dio de sí este primero castaño pues fue acusando su blandura. A pesar de las pocas condiciones del toro el Fandi puso de su parte todos sus recursos por contentar al respetable, bullidor en toda su actuación tiró de molinetes de pie, molinetes de rodillas y en un alarde de dominación ante un toro entregado y rajado en tablas hizo un desplante de rodillas dando la espalda al agotado Cuvillo. Tras dos pinchazos y estocada casi entera pasaportó a su oponente que fue pitado en el arrastre. Leve petición que quedó en ovación desde el tercio.
Manzanares recibió de capa al segundo, castaño de capa, con muy buenos lances a la verónica rematadas con la media. Con un encuentro fugaz con el picador y un rápido y eficaz tercio de banderillas, quedó todo preparado para que el diestro comenzara su faena que resultó de un gran nivel artístico, donde su toreo clásico y elegante fue premiada por el público entre serie y serie. Sin apretar mucho al animal estructuró una bella faena cargada de clasicismo que culminó con una buena estocada de las que nos tiene acostumbrados este gran estoqueador. Tras concederle la primera oreja el público siguió pidiendo insistentemente y con fuerza la segunda oreja que el presidente no concedió.
Se dio suelta al tercer toro de la tarde, negro y mansito de salida, al que Roca instrumentó alguna verónica y remató vistoso. Un puyazo y buen quite del peruano por chiquelinas puso a la gente en pie. Con los rehiletes destacaron Antonio Chacón y Francisco Gómez Algaba. Brindó el toro a su mozo de espadas, Manuel Lara “Larita”, a quien sacó hasta la misma raya para dedicarle un brindis que fue aclamado por sus paisanos. Inicio de faena con pases por alto del desprecio que remata con el pase cambiado por la espalda, pone al público en pie y empieza a sonar la música en el mismo inicio de faena. Una primera serie con derechazos llevándolo muy largo y metido en la muleta. Una segunda tanda con la diestra donde lo ha ligado y le ha bajado muchísimo la mano sometiéndolo por abajo con mucho mando. En la tercera tanda coge la zurda obligándolo mucho en los dos primeros muletazos y en los siguientes aliviando un poco la embestida ya que empezó a acusar el mando del diestro. Vuelve a la mano diestra para instrumentar una serie de gran calidad poniendo a toda la sombra en pie. Si buena fue la anterior tanda, es ahora en la siguiente, antes de ir a por la espada, cuando Roca Rey la ha superado y ha realizado la mejor serie enroscándose en la cintura al noble animal llevándolo con mucho temple volviendo a poner la plaza en pie aclamando al ídolo peruano. Con unos ayudados por alto cerró al toro en el tercio, dejándolo cuadrado para la suerte suprema. Una buena estocada hasta la bola y un toro que no tarda en doblar en tablas. El público pidiendo la oreja antes de ser certeramente apuntillado, concedidas las dos orejas y el toro es ovacionado en el arrastre. Gran bondad y clase la del Cuvillo.
Fandi en el cuarto salió a por todas, dos largas cambiadas y un recibo zapotero muy vistoso, en el quite por chiquelinas y tafalleras fue el preludio de otro apoteósico tercio de banderillas, cuatro pares espectaculares del granadino quien volvió a meterse al entregado público en el bolsillo. El inicio de faena no iba a ser menos, de rodillas toreando en redondo, se pasó del clamor al éxtasis. Buenas tandas con la derecha sometiendo y llevando al toro muy largo y a este toro que tuvo mucha clase. Fandi no se deja nada en el hotel, se ha entregado por completo, con un repertorio que conecta muy bien con el público, molinete rodilla en tierra seguidos de otros más en donde empiezan las primeras peticiones de indulto. Fandila sigue toreando aprovechando las buenas embestidas del toro, el tiempo pasa y el presidente hace evidentes signos de que tiene que entrar a matar mientras siguen sonando “sordos” avisos desde la banda de música por la atronadora petición del público. Cada vez que el torero intentaba cuadrarse para entrar a matar la plaza parecía venirse abajo. Finalmente fue advertido que había caído el tercer aviso y Fandi se retiró al burladero. Al grito de “fuera presidente” quedó solo el toro en el ruedo y salieron los bueyes que no acabaron de realizar su labor pues el torero salió de nuevo al ruedo muleta en mano para conducir hasta la puerta de toriles a este noble animal que ha embestido con mucha clase. Recoge la ovación desde el tercio con un clamor de ¡Fandi, Fandi!, quien se retira al callejón saludando respetuosamente al presidente.
En el quinto, otro toro con mucha clase pero algo más blandito, Manzanares lo recibió con buenas verónicas, destacando dos medias, siendo cumbre la plasmada en el quite. Puyazo para cubrir el expediente y un tercio de banderillas con vuelta de campana incluida al salir de un capotazo restó movilidad y lo acusó en la faena de muleta. No obstante Manzanares dejó un toreo en el que de nuevo reinó el clasicismo rubricando la actuación con un rotundo espadazo recibiendo. Oreja. Ovación en el arrastre.
Cerraba plaza otro noble toro de la ganadería gaditana al que Roca instrumentó ceñidas verónicas de recibo. No hubo quite del peruano tras el encontronazo del animal con el del castoreño. Buena lidia de Chacón y volvieron a destacar los rehileteros Viruta y Algaba. Faena de gran entrega por parte de Andrés dejando naturales de buena factura y pegándose el arrimón al final con un toro ya bastante entregado. Estocada que necesitó de dos descabellos antes de que doblase finalmente el toro. Ovación en el que cerraba plaza.
Manzanares y Roca, pudiendo haber salido a hombros, optaron por abandonar el coso acompañando a pie a Fandi, teniendo un bonito gesto con el compañero.
Ficha del festejo:
Tres cuartos de entrada largos en tarde soleada de Domingo de Ramos.
Ganado de Núñez del Cuvillo, noble y colaborador en general pero escaso de presentación, al cuarto se le pidió el indulto que el presidente no concedió.
Incidencias: la atronadora petición de indulto del cuarto y la decisión de no concederlo el presidente del festejo originó la gran bronca al ussía que casi desencadena un altercado de orden público. Sonaron los tres avisos, imperceptibles los dos últimos por el nivel acústico de la petición, con lo que el torero se retiró al burladero dando paso a la actuación de los cabestros. Incomprensiblemente el matador volvió al ruedo muleta en mano para, suponemos, agilizar el trámite de volver a los corrales, doblándose con él en las cercanías de toriles y desplantándose ante el noble animal a especie de despedida con una caricia en el testuz.
Fandi: Ovación y tres avisos con petición de indulto.
Manzanares: Oreja y oreja.
Roca Rey: dos orejas y ovación.