Corrida para perder la afición. Ventura sale a hombros.

Se abrió la feria de Ntra. Sra.de la Salud en Los Califas con menos asistencia de la esperada. Volvió la decepción a los tendidos con el descastado encierro de Juan Pedro Domecq que imposibilitó el lucimiento de los lidiadores y el aburrimiento del público. Una vez más Juan Pedro, impuesto por las figuras, originó casi el bostezo del respetable en tarde soporífera, de las que restan afición.

El rejoneador lusitano Diego Ventura abrió cartel ante un toro con poca clase y descastado, lo intentó ante un animal de poca movilidad. Su labor fue silenciada.

Le siguió en el cartel José Antonio»Morante de la Puebla», que se topó con un animal marca de la casa, sin transmisión y casta alguna, pero que el genio de la Puebla puso todo en el asador por el extraer muletazos de buen gusto por ambos pitones. Pero sin un oponente sin bravura es imposible crear arte. Finalizó su labor de tres pinchazos y estocada. Silencio.

Le seguía en el cartel el sevillano Pablo Aguado, que mostró una mala versión de lo que fue y de lo que todo el mundo espera de él. Torero apático, sin alma, que pasó sin pena ni gloria. Su labor anodina fue silenciada.

En el cuarto, Ventura volvió a mostrar su solvencia y condición de figura del toreo a caballo. Conectó con los tendidos de principio a fin ante un toro colaborador en todos los tercios de la ganadería María Guiomar Cortés de Moura. Su afán por complacer al público en una de las piruetas que realiza en la misma cara del toro el caballo fue al suelo con el consiguiente peligro de caballero y caballo. Destacó con un par a dos manos y las cortas. Un rejón certero dio paso a dos orejas que le abrían la Puerta de Los Califas.

En el quinto, Morante poco pudo hacer de capote, entró al quite por chicuelinas de mucho gusto Aguado. En la muleta, salió la versión del Morante actual, sacando partido a todos sus toros. Un cornúpeta manso y descastado al que el de La Puebla extrujó sus mejores muletazos por ambos pitones. Su continuado fallo con la espalda le privó de tocar pelo en el coso califal. Ovación con saludos desde el tercio.

En el sexto y último astado de la tarde, Aguado mostró poca ambición ante un descastado ejemplar de Juan Pedro que incluso cuando el diestro cambiaba la ayuda por la espada se llegó a echar. Pitos para Aguado en el que cerraba plaza.

En definitiva, corrida muy descastada y floja de Juan Pedro que, como premio, volverá el año siguiente, con la imposición de las figuras. Parece que no tenemos memoria, ni seguramente la volveremos a perder el año que viene.

Ficha técnica: Plaza de toros de Los Califas. Un cuarto de plaza en los tendidos en tarde calurosa. Se han lidiado dos toros de María Guiomar Cortés de Mora, destacando el cuarto, y cuatro toros de Juan Pedro Domecq de pobre juego y justa presencia. Algo más de un cuarto de plaza en los tendidos.

Diego Ventura: Silencio y dos orejas.

Morante de la Puebla: silencio y ovación desde el tercio.

Pablo Aguado: Silencio y pitos.

Fotos: Rafa Risquillo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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